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AMOR Y PROMESA



AMOR Y PROMESA



EL INICIO DE LA HISTORIA


Existen muchas historias, unas alegres y otras llenas de tristeza, que nadie las ha transcrito y con el paso de los años, convertidos en siglos, han quedado en el olvido


Os voy a explicar una bonita historia. Al principio parece no ser tan bella pero, si la podemos mirar con ojos de eternidad, se convierte en un canto de amor


Esta historia de Amor y Promesa, sucedió hace tantos y tantos años, que me es imposible ponerle fecha. Aconteció cuando los nativos americanos vivían en las praderas, lo hacían libremente en contacto constante con la Madre Tierra. Gozaban de la luz del sol; de la caricia del viento en la cara; del contacto de la hierba con su piel y de muchos otros regalos que la tierra les ofrecía. Podían rezar a “sus Dioses”, sin que ello fuese blasfemia. Seguían sus ancestrales costumbres, sin que ninguna otra cultura se sintiese amenazada


Es una historia de Amor, parecida a muchas otras, con la diferencia de que incluye una eterna promesa, que tardó siglos en poderse cumplir


En un pueblo de esas praderas vivía un joven guerrero. Era hijo de alguien importante y respetado. Este hecho sumado a su firmeza, a su valentía, su sinceridad y otras muchas cualidades que adornaban su carácter, hacía creer que su destino estaba marcado


A este muchacho le llamaremos Jove Guerrer. Sus ojos y su corazón se sentían cautivados por la bondad y la belleza de Petita Flor. Ellos querían recorrer juntos el camino de la vida y llegar de la mano a la morada de los Dioses


Todos opinaban que Jove Guerrer y Petita Flor hacían una buena pareja. Así era el pensar de los ancianos de la tribu, del jefe y del chamán. La familia de ambos, se sentía dichosa por su unión


Llego el momento en que Jove Guerrer tuvo que partir. Debía ir en busca de si mismo y escuchar la voz de los Dioses, viviendo solo en medio del bosque


Petita Flor también debía prepararse, purificando su cuerpo y su mente, para ser la esposa del gran guerrero



EL DESTINO QUISO GOLPEARLOS


Hacía muchos años, que este pequeño poblado gozaba de una hermosa y preciada paz. No tenían problemas con ninguna tribu cercana, vivían en armonía. Esto les permitía llevar a cabo la verdadera batalla del ser humano, cada uno luchaba contra sus propios enemigos internos. El ambiente les ayudaba, para que casi siempre fueran vencedores


El destino vino a hacerles una mala jugada. Tenía celos de la paz del poblado y del amor que unía a esta joven pareja


Mientras Jove Guerrer se encontraba lejos del poblado, hubo un pequeño problema, con una tribu vecina. Nada demasiado grave, si no fuese porque, cuando todo había concluido, los habitantes del pueblo se percataron de la desaparición de Petita Flor. Alguien la había secuestrado


Los ancianos pidieron explicaciones, a los habitantes de la otra tribu. Nadie sabía nada de lo sucedido. Por la forma de hablar, estaba claro que no mentían. La desaparición de Petita Flor fue un misterio, que a día de hoy todavía no se ha resuelto

Pasado el tiempo estipulado, Jove Guerrer regresó del bosque y casi enloqueció cuando se enteró de lo sucedido


Jove Guerrer pidió fuerza y ayuda a los Dioses y prometió, a la tierra y al cielo, que encontraría a Petita Flor y la liberaría de su cautiverio, sin importar el tiempo que tardase en hacerlo



SE CUMPLE LA PROMESA


Jove Guerrer empezó la búsqueda de su amada Petita Flor. Sin conseguir el éxito y sin olvidar jamás su promesa


Su vida como Jove Guerrer fue como la de cualquier otro ser. Tuvo momentos buenos y otros que no lo fueron, alternándose como lo hace la noche y el día


Cuando fue escogido como jefe de la tribu, Jove Guerrer tuvo que casarse, para no transgredir las costumbres ancestrales del pueblo. La muchacha escogida para ello, fue una buena compañera, buena esposa, buena madre . . . Ello no evitó que Jove Guerrer siempre recordara a Petita Flor, no por la añoranza de una posible mejor esposa, con el tiempo había aprendido a amar a la suya. Lo que le acompañaba era un sentimiento de impotencia, por no haber podido cumplir su promesa de rescatar a la joven, de su forzado cautiverio. Cada mañana, cuando rezaba a los Dioses, entre sus oraciones pedía fuerza y luz, para cumplir lo prometido. Y cada noche, oreaba para que, allí donde Petita Flor se encontrase, fuese féliz y los Dioses siempre la protegieran


Los años pasaron, llegó el momento en que Jove Guerrer debía de partir para siempre, retornando su cuerpo a la tierra


El Ser que una vez nació como Jove Guerrer, se reencarnó muchas veces, siendo hombre y mujer; rico y pobre; monja y padre de familia. Nació en diversos países y cultura. Pero allí donde fue, llevo consigo la promesa de liberar a quien había sido Petita Flor en las praderas americanas


Pasaron siglos, nació en cuerpo de mujer, con una mente lúcida y gran devoción en el corazón. Guiada por la mano invisible de Dios, encontró por fin a su antiguo amor. En esta ocasión había nacido en cuerpo de hombre. Arrastraba cadenas invisibles a los ojos


El escenario era muy diferente, incluso los sexos se habían intercambiado, a pesar de todo ello, gracias a la bendición de Dios, Jove Guerrer había podido cumplir su promesa


Vandana Alonso

Març 2019

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